En la más oscura de las noches de otoño, el frío entra por la ventana. No consigues dormir por el sonido del viento y un antiguo reloj en el salón… tic tac, tic tac…
Escuchas pasos y ves una sombra negra deslizándose frente a la puerta. No quieres, pero te levantas y la sigues. Se gira y extiende sus brazos hacia ti, cuando de repente… ¡pam!
Te despiertas de una horrible pesadilla.
¿Qué son las pesadillas?
Las pesadillas no son más que estados alterados del sueño que aparecen en la fase REM, en la que el cerebro está reelaborando información que ha recopilado durante el día.
La acumulación de estrés, la ansiedad, la depresión o incluso un trastorno de estrés postraumático, pueden desencadenar las pesadillas en el descanso, añadiendo el factor de estrés que producen ellas mismas. Otro factor muy relacionado con estos malos sueños es la modificación de los patrones del sueño o dormirse tarde, pues esto altera los ritmos circadianos de la persona, manteniendo al cerebro activo mientras duerme, lo que causa que se sueñen cosas extrañas.
De hecho, muchos expertos apuntan a que la aparición reiterada de pesadillas puede ser señal precedente a una enfermedad.
Por ser algo tan unido al estrés, es difícil de combatir, pues el día a día estresa y produce pesadillas que no te dejan dormir, y las pesadillas que no te dejan dormir producen cansancio que desemboca en estrés, un bucle un poco tormentoso.
En cualquier caso, está muy relacionado con la neurología y la psique de la persona.
Los orígenes de las pesadillas
En este artículo vamos a hablar no tanto de su significado, sino más sobre lo que las diferentes culturas a lo largo de la historia pensaron que era el origen de estas temidas pesadillas, y con Halloween a la vuelta de la esquina, indagaremos en algunas de las teorías más espeluznantes.
Mitología griega
Los griegos antiguos buscaban la respuesta a la mayor parte de sus dudas en los dioses, por lo que con los sueños ocurrió igual.
Según algunos autores, la diosa de la noche, Nyx, junto con Érebo (dios de la oscuridad y las sombras) tuvo varios hijos, entre los que se encontraban los gemelos Hipnos (el dios que personificaba los sueños) y Tánatos, el dios de la muerte. Que estos dos fuesen gemelos no es más que una evidencia del parecido que se le ha atribuido durante siglos a dormir y a la muerte (un sueño permanente).
Hipnos tuvo muchos hijos, (según algunos, con su propia madre Nyx, y según otros, con Pasítea), llamados Oniros, que eran portadores de los sueños. Entre los que destacaron Morfeo (encargado de llevar sueños a reyes y emperadores) y Fobétor o Iquelo (portador de pesadillas).
Ambos vivían en una cueva, de donde salían por la noche con sus alas, y hacían llegar los sueños a los dioses.
Iquelo era el nombre que le daban los dioses, mientras que Fobétor (“el que da miedo”) era el nombre que le pusieron los mortales. Este dios tuvo cientos de descendientes, los cuales eran los portadores de pesadillas a los mortales.
Tradición romana y medieval
No obstante, la visión divina que se tenía del mundo de los sueños y pesadillas comenzó a cambiar con los romanos, y sobre todo en la Edad Media. En esta época, las pesadillas se atribuían a demonios que atormentaban a las personas mientras dormían.
Estos demonios recibían el nombre de íncubos y súcubos. Los íncubos eran personificaciones masculinas del Diablo, mientras que los súcubos eran mujeres atractivas, cuya líder era Lilith (una figura de la tradición hebrea que es considerada la primera mujer de Adán, y encarna un ser maligno). Ambos seducían a sus víctimas y las “asfixiaban” en sus sueños.
Los germanos hablaban también de demonios, llamados “Alp” y “Drude”, que se sentaban en el pecho de sus víctimas con el mismo fin.
Otras culturas y tradiciones ocultistas señalan la “existencia” de unos demonios de orden inferior, los “nybbas” que susurraban al oído de sus víctimas situaciones terribles cuando éstas dormían para que soñaran con ellas.
Hoy en día, se interpretan todas estas asociaciones de las pesadillas, los demonios y la falta de respiración durante el sueño como parálisis del sueño, un estado en el que el cerebro es plenamente consciente mientras que el cuerpo todavía no está “despierto”, causando la parálisis y alucinaciones sensoriales.